En general los ordenadores portátiles absorben el polvo de la superficie sobre la que se asientan, obstruyendo los sistemas de ventilación.

Sabremos que es necesario realizar mantenimiento cuando observamos que la carcasa o el teclado están más calientes de lo habitual o bien cuando el equipo se apaga de forma inesperada y no arranca inmediatamente tras actuar sobre el botón de encendido. En general, es recomendable realizar mantenimiento al menos una vez cada dos años para evitar daños irreversibles en la placa base del equipo.

Los trabajos de mantenimiento consisten en desmontar completamente el portátil para limpiar las zonas de ventilación obstruidas, así mismo es necesario sustituir las pastas térmicas de los procesadores que las integran dado que con el paso del tiempo van perdiendo su aspecto viscoso dificultando la correcta disipación del calor.

Para alargar al máximo el período entre mantenimientos no debemos colocar el portátil directamente sobre superficies que concentren polvo como sofás o camas. Por ejemplo podemos utilizar un tablero como los de ajedrez o similar para apoyar nuestro portátil en superficies de este tipo. Así mismo, si es posible, se recomienda limpiar con un paño la superficie sobre la que se asienta el equipo.

 
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